sábado, 31 de diciembre de 2011

"Christmas Eve"

Estamos a pocas horas de acabar el año y me encuentro en Londres. No podía acabar el año sin hacer el ya mítico balance anual que se publica cada año en mi blog (cualquiera que sea). Pues bien, como era de esperar viniendo de mí -una persona vomitivamente optimista- el balance es tremendamente positivo, igual que cada año.     ¿Las razones? Aún más obvias...

Lo primero es que he acabado la carrera y he iniciado el camino hacia mi sueño...lo cual es motivo más que suficiente para acabar el año con una sonrisa en la cara. Pero no es todo. En el 2011 también he aprendido a valorar lo que tengo, sobre todo un día tan especial como hoy, en el que me hace falta mucha gente: mi bebé, mis padres, mi tía, mis primas, mis abuelas...porque aunque esté aquí (pasándolo en grande, dicho sea de paso) con mi hermano y un gran amigo, hay personas que hagas lo que hagas y estés dónde estés nunca se apartan de ti y siempre necesitas. Pero, en fin, mañana los besaré y abrazaré, y me basta con saber que están y cuánto les quiero. 

Por supuesto, otro gran motivo de alegría son mis amigos, a quienes también echo mucho de menos y año a año siguen estando ahí, conmigo. Y bueno, cómo no...en 2011 he conocido a personas muy interesantes a quienes espero conocer más a fondo en un futuro muy muy muy próximo :)

No me queda más que desearos un grandísimo año; que lo mejor del 2011 sea lo peor del 2012...¡¡¡FELIZ AÑO A TODOS!!!


miércoles, 21 de diciembre de 2011

Procurar merecer

Hoy voy a regalarte mi cariño. Hoy voy a construir un mundo para nosotros dos que será nuestro. Hoy voy a inventar un montón de sueños nuevos para ti y a devolverte la ilusión que tanto echas de menos. Hoy voy a ser sólo tuya; voy a estar contigo, seré tu sombra. Hoy no voy a permitir que te caigas, porque cuando tropieces, agarraré fuerte tu mano…pero si caes, no te preocupes: yo caeré contigo y nos levantaremos a la vez. Hoy voy a hacer que tú te sientas especial, cada día, en cada momento. Hoy nunca voy a dejar que dudes de cuánto te quiero. Hoy no voy a apartar mi mente de ti; voy a dedicarme a inventar un millón de formas para hacerte feliz. Hoy, voy a pedirte que te quedes.

A cambio, sólo te pido que te merezcas todas esas cosas. Merécelas, porque si no mañana tendré que quitarte mi cariño. Mañana destruiré nuestro mundo y será sólo mío. Mañana me quedaré con mis sueños y te robaré la ilusión. Merécelas, porque si no mañana ya no seré tuya, sólo del viento, y dejaré que él te derrumbe porque al buscar mi mano verás que ya no está. Mañana ya no serás especial; no serás nada. Mañana ya no te querré más. Merécelas porque si no mañana ya no pensaré en ti y así seré feliz. Pero, sobre todo, merécelas, porque si no mañana tendré que pedirte que te vayas. 

lunes, 19 de diciembre de 2011

Simplificar

Sufrimos más veces de las que debemos, estamos más tristes por motivos que no tenemos, luchamos por lo que no debemos, dejamos escapar lo que queremos y tememos cosas inexistentes. 

Es fácil ser feliz; sólo abre los ojos. Primero averigua lo que quieres y, aún más importante, lo que no quieres. 

A continuación, ve a por ello. Este paso es porque podemos encontrarnos con cosas que creemos que son obstáculos. No os dejéis engañar...los obstáculos nos los ponemos nosotros mismos. Ve, anda, camina, corre, nada, grita, persigue, haz, di, pelea, cae, levanta, salta... Consíguelo, y nunca, bajo ningún concepto dejes escapar lo que quieres. Da igual qué sea lo que quieres; no importa si no es algo lógico; si no es normal o si no es lo que esperan de ti. Recuerda que es lo que tú quieres, y algo que harás tuyo para siempre (si cumples con éxito el siguiente paso). 

El tercer paso...ay, éste es realmente difícil: CONSÉRVALO. Cuídalo porque una vez perdido, es probable que no puedas volver a empezar. 

Una gran amiga me dio un maravilloso consejo hace días: simplificar. Así es que, simplemente, decide lo que quieres, consíguelo y consérvalo. 

viernes, 16 de diciembre de 2011

No seré yo

No voy a ser quien llore. No voy a ser yo quien patalee ni quien se compadezca. No puedo, no me dejan, no me dejo. Voy a ser quien sonríe, la que ponga la nota de luz a las noches más grises y el sol que falta a las mañanas nubladas. No voy a apoyarme en nadie; voy a ser la persona en quien los demás se apoyan. Voy a quererme, a cuidarme y a mimarme como una vez hicieron; y también voy a ser quien quiera, cuide y mime a quienes estén a mi alrededor. La vida es complicada, a veces cada día se presenta como un reto, pero yo no quiero quedarme contemplándolo desde mi cama… Quiero salir y hacer todo eso, sin pasar desapercibida para nadie. 

Serse fiel

La verdad es que nunca voy a cambiar, y la principal razón es que no quiero cambiar. Soy tan idealista que he creado para mí un millón de mundos diferentes y he vivido en todos ellos. Adoro reíme pero, sobre todo, adoro contagiar mi risa. Me gusta hacer feliz a la gente; dar todo lo que tengo a quienes quiero y buscar donde haga falta lo que no tengo. Me chifla mi manía de desafiar al mundo, a la improbabilidad, a la suerte. No me importa dejar el mundo atrás si es para perseguir a quienes quiero; o para guiarles en el camino; o simplemente, para estar. Disfruto sorprendiendo a la gente, teniendo detalles que nadie espera, para que sepan que nunca los saco de mi mente. Cuando alguien me necesita nada me impide llegar hasta el lugar donde me esperan. No suelo olvidar mis sueños ni dejar de perseguirlos, creo que son el pilar más importante en el que me sustento. No tengo miedo de equivocarme: arriesgo, pierdo y gano –todo a la vez- y me enorgullezco de cada paso que soy. No acostumbro a arrepentirme de nada. Suelo perdonarlo todo.

Sé que es una forma peligrosa de ver la vida porque nunca sabes qué va a pasar, quién te va a fallar, quién te traicionará…así que supongo que no quiero cambiar porque me basta con saber que yo siempre voy a estar; que siempre voy a ser.

domingo, 4 de diciembre de 2011

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Pequeños consejos

Perdona lo justo para no olvidar. Cree hasta el infinito si sientes que algo vale la pena. Ilusiónate, pero no pierdas el norte. Arriesga, aunque no ganes, aunque duela, porque realmente nunca vas a perder. Juega, pero no dejes que nunca nadie dude de tus actos. Aprende a perder. Sufre, pero sin llegar a desesperar. Se paciente y espera lo que deseas. Lucha por lo que quieres y nunca, bajo ningún concepto o prohibición lo dejes escapar. Ama lo necesario para merecer ser correspondido. Y sonríe, sobre todo sonríe. Sonríe aunque no tengas ganas; aunque sólo quieras llorar. Sonríe tanto, tanto, tanto que ninguna de las personas a las que conozcas sea capaz de olvidar tu sonrisa. 

lunes, 28 de noviembre de 2011

El riesgo de suponer

"Supongo que sabe que la quiero.
Supongo que sabe que la necesito.
Supongo que sabe que es la única y que no tengo ojos para nadie más.
Supongo que sabe que puede confiar en mí.
Supongo que sabe que su sonrisa es la mejor de las medicinas.
Supongo que sabe que es especial
Supongo que sabe que la admiro.
Supongo que sabe que soy feliz sabiendo que, esté donde esté, ella está pensando en mí.
Supongo que sabe que me siento el hombre más afortunado del mundo porque sé que ella está soñando conmigo.
Supongo que sabe cuánto la valoro.
Supongo que sabe que nunca haría nada que pudiera hacerle daño.
Supongo que sabe que mi sofá la echa de menos a cada instante y que mi cama no es lo mismo sin su olor.
Supongo que sabe que le agradezco mucho que siempre haya estado a mi lado cuando la he necesitado.
Supongo que sabe que estoy seguro de que nunca conoceré a nadie como ella.
Supongo que todo eso es suficiente."

Mientras, ella:

"Ojalá él me quisiera tanto como yo.
Ojalá me necesitara.
Ojalá no tuviera dudas de que soy la única y así no me comieran los celos cada vez que nombra a otra.
Ojalá no me esté equivocando al confiar en él.
Ojalá le encantara verme sonreír tanto como a mí ver su sonrisa.
Ojalá me hiciera sentir realmente especial.
Ojalá él me admirara tanto como yo a él.
Ojalá que saber que siempre pienso en él le hiciera feliz.
Ojalá se sintiera afortunado por ser él quien pasea por mis sueños.
Ojalá me valorara tanto como merezco.
Ojalá no hiciera cosas que me duelen tanto.
Ojalá cada vez que esté sentado en su sofá eche de menos apoyarse en mí y que, cuando esté en su cama no pueda dormir si no lo vela mi olor.
Ojalá sepa que apoyarle en todo momento es para mí una gran suerte, y se sintiera feliz por ello.
Ojalá tuviera la certeza de que nunca conocerá a nadie que le quiera tanto como yo.
Ojalá me demostrara todo esto y no creyera que con “suponer” es suficiente…"

Cada día, cada tarde.

Sentados en un parque, mientras el tiempo se les escurria tras el primer café de la tarde, ella apuntó:
Todos los días se aprende algo nuevo.
Él, con su sonrisa traviesa, como siempre, respondió:
Es verdad. Mira, yo hoy he aprendido que en la cafetería de la esquina queman un poco el café; que la fuente de este parque se enciende a las 17.21 y que cuando se trata de estar contigo, todo el tiempo del mundo me parece poco.

martes, 19 de julio de 2011

Me aburro

Estoy harta de filosofar, de decirme que sí, que no, de convencerme, de no sorprenderme y de mil cosas más. Hoy, en circunstancias normales, sería un día propio para hacer eso. Pero como ya estoy hasta los mismísimos de las mismas historias me voy a limitar a desearos un feliz día.