Miedo. El miedo que se esconde y
nos sorprende. El miedo que nos paraliza, que no nos permite avanzar; que nos
ahoga. Pero… ¿miedo a qué? ¿Miedo a decir la verdad, a expresar lo que
sentimos, a amar, a caer, al rechazo, a la decepción, a ganar…? ¿Miedo a tener
que cambiar, a conocernos, a no saber cómo actuar, a perder el control, a la
velocidad…? MIEDO AL DOLOR. Ése es el problema, sin embargo, no nos damos
cuenta que ese mismo miedo es lo que más nos duele. Nos bloqueamos, no somos
capaces de hacer lo que realmente deseamos; de gritar lo que sentimos y de
avanzar si no sabemos qué hay delante. Y no pensamos en todo lo que nos
perdemos.
Muchas veces pasa que lo que deseas hacer es
precisamente lo que no debes hacer pero, ¿vale la pena reprimir tu deseo porque
no es lo correcto, lo adecuado o lo lógico? Yo creo que no; siempre hay algo
que ganar. Si avanzas y no hay nada, siempre podrás aprender a volar; si te
atreves y no eres correspondido, por lo menos lo has intentado y sabes que,
seguro, tú no has perdido.
Arriesgar y ganar no siempre son
equivalentes, pero es una posibilidad muy alentadora. Aprende a caer, a perder,
a perdonar, a llorar y a reír, a amar… Aprende a aprender de todo lo que
experimentes. Aprende que siempre hay algo que aprender. Y, ante todo, sé
valiente.
ME ENCANTA!! :D
ResponderEliminarMe alegro guapa!! Un besote!!
Eliminar