Así que ya existía. Así que era aquí el lugar donde me refugiada del dolor de tu silencio. Era aquí donde venía de decir, susurrar, llorar, gritar, vomitar todo eso que tú no querías escuchar. Supongo que es aquí - y en mi cabeza el único sitio donde puede haber algo de los dos.
Y es que hoy, como casi siempre, he soñado contigo. Me llevabas a esa playa, donde nada empezó y todo terminó, donde te rompí sin querer el corazón que ignoraba poseer. Nos sentábamos de la mano, observando el horizonte y soñando el infinito. De tus labios escapaba un "por fin" que abrazaba todas mi tristezas.
Cuando desperté quise contarte que anoche volví a verte, que seguías siendo el personaje favorito de todos mis cuentos y que había tenido la certeza de que, si no es en esta vida, en la próxima nos espera un horizonte.
Pero tu silencio me envolvió de nuevo. Y ya no había sueño(s). Solo silencio.
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