domingo, 10 de agosto de 2014

Big Bang

Un día cualquiera, de una semana cualquiera, de un mes cualquiera. Lo ves y algo extraño sacude tu cuerpo. Imposible saber qué es, pero algo lo suficientemente potente como para saber que acaba de producirse un antes y un después. Pruebas suerte, porque, a veces esas cosas pasan. Nunca a ti, pero ¿por qué no? Lo intentas.


Pero no sale como esperabas. De hecho no te habrías podido imaginar si quiera todo lo que se avecinaba; algo que nunca habías soñado, ni leído, ni visto en películas. Incluso mientras lo estás viviendo crees que sólo eres un espectador de esta tragicomediaromántica tan intrincada. Al más puro estilo griego. O romano. O de Woody Allen. O todo junto.


En fin, la cuestión es que es tu historia. Y a veces pesa. Mucho. Y es que nunca sale nada como esperas. Y esperas (¡vaya que si esperas!). No sabes qué, pero el caso es que esperas. Un milagro, o dos –tal vez-, un momento de lucidez en su mente que le haga ver todo lo que tú hace tiempo que ya ves. Y desesperas. Y quieres que acabe. Pero no quieres, porque, en realidad sólo quieres que empiece. Y d-e-s-e-s-p-e-r-a-s.


Hasta que ocurre. Ni idea de cómo. En mitad de la música, del baile, del ruido, de la ajenidad de la gente. Y se produce algo mágico. Algo como la combustión espontánea de todos tus males, la rosa mosqueta de tus cicatrices,  el chorro de agua fría que apaga tu sed. Se produce algo así como una lluvia de estrellas o el cometa jamás visto en los últimos 300 años. Pasa algo así como encontrarse de repente solos en mitad de la nada. O del todo. Un Big Bang. Nuestro Big Bang.


Y todo empieza a ser como quieres. Tan bueno que nunca lo habías soñado, ni leído, ni visto en películas. Algo tan genial que es prácticamente inimaginable y que, precisamente por eso parece tan frágil. Entonces aparece lo único malo que puede acompañar semejante historia: el miedo. Miedo a que alguien descubra algo que tú descubriste hace tiempo. Miedo a que alguien se dé cuenta de lo especial que es, de lo fantástico que sería besarle, abrazarle…tenerle. Mucho miedo a que alguien espere y desespere y sueñe y luche y busque. Miedo de que haya por ahí alguien como tú capaz de todo.


Respiras.
Recuerdas.
Y sonríes…

…porque, ¿cuántas personas conoces capaces de provocar un Big Bang?