miércoles, 20 de noviembre de 2013

Verás

Verás, a lo mejor no puedo evitar que, de vez en cuando, te invada una sensación de tristeza, pero sí puedo darte mil motivos más para ser feliz. Verás, es posible que no consiga que jamás nadie te traicione, pero puedo prometerte que nunca seré yo. Puede que no pueda compartir contigo cada tarde, pero debes ser consciente de que cada vez que te vea caeré en ti como cae el sol en el horizonte a la llamada de cada atadecer. Lo más seguro es que alguna vez olvide cosas que son importantes para ti, pero para entonces tú ya serás experto en mis despistes y sabrás que tus cosas importantes lo son aún más para mí. 

Verás, no puedo materializar algunos de tus sueños, pero sí te acompañaré durante todo el camino; con risas, con palabras o con silencios. Posiblemente caerás sin que yo pueda evitarlo, pero  eso no te preocupará nunca más, pues tuyas son mis manos. Y si no puedo levantarte, me acostaré contigo. Tampoco puedo prometerte que quedarás exento de mis locuras, pues tú eres la primera de ellas (mi preferida), pero al final la necesitarás para mantener tu propia cordura.

Verás, puedo vivir sin ti sin demasiadas complicaciones, pero es seguro que lo que quiero es vivir contigo.