jueves, 4 de octubre de 2012

La vida



Quisiera emitir un comunicado al más puro estilo famosilla de medio pelo pues, muy a mi pesar, es lo que parece que vengo siendo desde hace unos años.

Cuando me quedé embarazada con 15 años (sí, 15, ¿qué cosas no?) YO MISMA DECIDÍ seguir adelante con mi hijo, así como cambiar de centro de estudios. Ni mis padres me obligaron por ser súper católicos conservadores opusianos y extremistas de derechas
 (que no lo son) ni me expulsaron del Colegio de curas al que iba por ser madre soltera en el que, por cierto, a día de hoy mi hijo sigue cursando E.P.

Quisiera, además, poner de manifiesto que el hecho de que una niña de 15 años valore la vida como el bien más preciado que tenemos no supone necesariamente que haya sido sometida a ningún tipo de coacción o presión social. Básicamente me importáis todos una gran mierda. Soy una persona decidida y valiente y el que a vosotros, los que habláis sin saber por el simple morbo de llamar la atención, os joda porque sois unos pusilánimes no me sitúa a mí en la tesitura de convertirme en el cliché social de la "pobre niña que se quedó embarazada y destrozó su vida con 15 años". Creía que era algo que SIETE AÑOS DESPUÉS deberíais haber supuesto porque como bien podéis comprobar desde vuestros rastreros escondites la vida me va divinamente y voy cumpliendo poco a poco mis sueños.

El tener unos padres EXCEPCIONALES que SIEMPRE lo han dado todo por mí y, por supuesto, por mi hijo no significa en ningún caso que sean personas autoritarias que traten de imponer sus ideas a sus hijos más allá de lo que cualquier padre puede hacer por el bien de sus hijos. Y, a todo esto, ojalá le hiciera caso a mi madre más a menudo porque es tan sabia que no suele equivocarse.

Además, reclamar de vuestra parte que tuvierais los mismos huevos que tuve yo en su día para que seáis capaces de plantearme personalmente vuestras míseras dudas respecto a mi vida que, al parecer, obnubilan la vuestra. 

Nada más que añadir a parte de un agradecimiento eterno a mis padres por haber estado y estar siempre ahí donde les necesito, por respetarme siempre y, sobre todo, por confiar en mí y en mis posibilidades. Os quiero!